Cuatro poemas de Enrique Fierro
nada se desvanecerá
como el recuerdo del huésped de un día
la línea divisoria
la línea divisoria
que todo iba a empezar
con cinco distintas maneras
de enfrentarse a un fresno
el único fresno:
Antigua luz
presumida elegante libertina
antigua luz que sube graderías
peldaños
y miríadas de mirlos
que todos miran más allá del día
sin doctrina ni sombra ni demonio
donde cantan altivas serenatas
que escriben las derrotas del que nada
y los ríos de sangre del que nace
Una liebre nos oye
la muerte de febrero
y las puertas de marzo
que suman vientos
alisios y cloris
recogen tempestades
y siguen geórgica
deferente lección
en parva donde
entonan una silva
que nos dice un arroyo
hasta el fin de la tarde
que es un campo de lino
donde trema la luz
y una liebre nos oye
Quiero ver una vaca
I
Quiero ver una vaca
Quiero ver una vaca colorada
Quiero ver una vaca colorada
A las tres de la tarde
Quiero ver una vaca colorada
A las tres de la tarde
De un día de febrero
Quiero ver una vaca colorada
A las tres de la tarde
De un día de febrero
En un campo verde
Quiero ver una vaca colorada
A las tres de la tarde
De un día de febrero
En un campo verde
O amarillo
II
Viene y va
La vaca colorada
Por la orilla del río
Enamorada
Nada vio
La vaca colorada
Que viene y va
Por la orilla del río
Colorado
Vaca será
Mas vaca enamorada
La vaca que viene y va
Y nadie vio
Por la orilla del río
Colorado
Entre una idea
Y una vaca colorada
Me quedo con la vaca colorada
*Los tres primeros poemas provienen de Enrique Fierro, Escrito en México (1974-1984), México, FCE, 1999; el último, de Quiero ver una vaca, Montevideo, Vintén Editor, 1989, reimpreso en varias antologías.
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